Cuando todo está marchito en el camino o se va secando todo al paso, cuando ya no quedan lamentaciones por lamentar, ni dinero que gastar, ni sueños que cumplir...entonces para, que no hay nada mejor que echar un vistazo alrededor para ver que no todo está empantanado.
Hoy...triple seco para mi corazón. Quiero emborracharme para no ver el fango en mis pies, no quiero sentir que me abandono por momentos, que la realidad ni se crea ni se destruye y que sigue ahí con la resaca, es trabajo desalmado y riesgo inapostable. Demasiado amor. Improbables las opciones, inapropiadas las formas, desaprendidos los sentidos y la voluntad de saber que, a pesar de la distancia, los desencuentros, los desengaños...eres eternamente mío y mil veces en tu espina dorsal me perdería, embarrada hasta los pelos.
Triple seco que bañe mis ojos y enmascare mis lágrimas de tonta desahuciada, transparencias donde ahogarme por perderte, donde flotar al ritmo del bombeo descontrolado y arrítmico de la sombra que soy, engañada por mí misma, desolada en el frente de batalla contra el ejército de mi propia imagen. Sin esperanzas, sin soluciones. Ajada. Triple ración de hielo y aceitunas verdes. Lima ácida para curar mis espantos.
Aún soy incapaz de despellejarme para estar en ti y adivinar qué fluye en tus entrañas, que sabes que soy de palo fijo, de verdades únicas, de fuero interno desbrozado....y tú....callado como la muerte cuando está en silencio, sigiloso de idas y venidas y encuentros sibilinos, tan furtivos como la caza prohibida, no das rienda suelta a tu cabeza, ni rige el instante de la palabra en tu boca. Y el poder y el querer por medio, por los santos intestinos revolviéndolo todo, alejándonos aún más por el universo...soltándonos a la deriva de la impotencia, a merced de las aguas asonadas que mandan en mi timón... que mi barco se escora y no hago nada por impedirlo. Ni a salvarme vienes. Pues entonces, triple seco para mi corazón extinto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario