Un día triste como otro cualquiera, un día del calendario para dejar pasar porque vivirlo es morirlo en todas sus horas, con todos sus minutos y todas sus angustias. Amanece el corazón herido si haber dormido, enjuagado mil veces en una ducha de autorreproches, castigado con culpas...tremendo olvidado en las noches de lunas e incendios...ahogado en el llanto seco del nerviosismo y la agonía.
Un beso enrome a los que se guardan de sufrir, a los valientes tras un respaldo, a los que se miran tras el espejo, a los que sufren con sus sinsentidos...un abrazo para no caeros, un apoyo para no frenaros.
Quizás pasaste por mi lado hace años, y como dice la canción, no te supe ver.
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