lunes, 20 de agosto de 2012

Simplicidades.


Hay quien por simplicidad se quita la venda y ahoga sus ojos con la luz de las verdades a medias. Hay quien prefiere seguir caminado a tientas por las líneas de las penas. Yo quiero acomodarme en tus rincones de niño travieso. Yo ya no imagino mis pies sin pisar tu arena, yo no concibo una voz que no sea la tuya, diciéndome pequeña mía.

Hay quien por simplicidad se busca en sus laberintos, amansa sus aguas y cuelga las botas de un clavo en la pared. Anda sus pasos y regresa a su ser. Yo me agacho y me hago un ovillo, recuerdo nuestras canciones y lamento no haberte hecho caso antes...me hubiera dejado llevar porque la tormenta ya me había arrastrado a tus orillas. Yo ya no pienso en vidas paralelas ni sombras rondándome. Acudo a ti porque tu voz sigue llamándome preciosa.

Hay quien por simplicidad arroja al abismo los logros, los sueños, las metas...hay quien quiere vivir arrastrándose, muriéndose. Prefiero mil veces el peso de lluvia mojando mi terrenal cuerpo sin tener que caerme, demostrándo que sé, que soy, que vivo, que quiero, que anhelo, que amo tu voz susurrando princesa.

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