martes, 31 de enero de 2012

Hermano.


Repaso a un cuarto de siglo.
Hermano, entre tú y yo hay vínculos insalvables, no se pueden explicar por ninguna teoría ni existen en ningún otro rincón de esta Tierra. Son sólo tuyos y míos y en su infinita desrazón habitamos nosotros, el uno para el otro. No hay otra forma de sentirlo cuquino, ni otra forma de llamarlo, es un lazo de sangre poderoso el que me hace pertenecer a tu mundo. Tus problemas son los míos, tus alegrías son las mías. Tu desorden, tus dudas, tus cambios...son parte de mí. No puedo verlo de otra manera.

Jamás se romperá esta fuerza que te envío, esta increible fuerza que te envuelve y te protege (soy tu hermana mayor, no lo olvides), yo nunca dejaría que te pasara nada malo, antes doy mi vida y lo sabes, porque si tú me faltas, me falta media vida y no se puede seguir ni con medio cerebro ni medio corazón y aún menos, con el alma partida en dos.

25 años  y pico unidos, 307 meses de peleas, besos, riñas, juegos, celos...más de 9500 días de entrega al 100%. ¡Basta de números! Te quiero tesorillo, por y para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario