miércoles, 29 de febrero de 2012

Ana.


A veces me obsesiono contigo cariño, le doy mil vueltas a la electricidad que desprendes, y es que estás hecha de puro nervio...caigo rendida a ti. Núblame un día más el entendimiento con tus juegos, esos que aprendiste en Barcelona, y entrégamelos a golpes, que quiero sentirlos fuertes en mi pecho, quiero rendirme una vez más. Tú siempre ganas. Tú siempre me estrellas. Tú siempre me confundes.
Déjame olerte el pelo y acariciarte las mejillas, que hoy tengo ganas. Aprovecha que me encuentro dócil para dominarme, pequeña. Tus veíntitres o veínticuatro espigas se desgranan en mi cama, puras y entregadas...pero no quiero alimentarme aún. Prolonga este momento, querida, hazme vibrar.

Infinita niña, desbórdate ante mí, recuéstate en mi almohada y siéntete fugaz. Arráncame esta sinrazón y volemos, Ana. Saca tus alas, alza tus brazos y apodérate de mis sentidos, átame, muérdeme...respira feliz en mi nuca, yo te respondo con pasión y lo notas. Calíbrame, como haces en el trabajo, estúdiame, análizame, pruébame. Sabes de qué pasta estoy hecha. Apriétame con deseo hasta ahogarme en tus regazo...ojos lindos. Esta madrugada fúndete con mis sábanas señorita H., que yo te estaré mirando desde una esquina, y arde...combustiona con mis manos, agárrate a mi cintura y flota. Te lo voy a dar todo y tú has de derramarte por mí, princesa. A fuego y en caliente. Encendida y liberada. Totalmente enamorada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario