jueves, 2 de febrero de 2012

Parcelando modo on.


Millones de cosas se cuecen en mi cabeza como los ingredientes de una cazuela; un poco de allí, una pizca de allá, un montón de lo mismo, demasiado de aquéllo, me quedo corta en esto...en fin, que al final acabo en ebullición si tener una idea clara y ordenada de todas esas cosas que me mantienen viva.

Y como el que va a la tienda de IKEA a buscar un mueble práctico y barato para colocar sus cosillas, yo...pues yo...he aprendido a parcelar mis ideas. Primero un poco de allí, luego una pizca de allá, tercero un montón de lo mismo, después demasiado de aquéllo y por último, me quedo corta en esto. Parece igual pero no es lo mismo. Saco prioridades de un cajón, les doy la importancia que tienen, guardo los proyectos que pueden esperar, reorganizo las tareas en una balda, localizo los planes de último momento y los meto en un archivador y selecciono todo lo que no puedo dejar para mañana, en definitiva, tengo el botón parcelando en modo on.

Curiosa palabra que me enseñaron recientemente para definir en mi cerebro una decoración al más puro estilo IKEA y que viene genial en épocas de exámenes o cuando te encuentras perdido en decisiones importantes. Agarro entonces el timón de este concepto y lo llevo a buen puerto, no vaya a ser que mi realidad supere la ficción de otro y acabemos encallados como el Costa Concordia. Nada más lejos de mi intención. ¡¡Así que a parcelar!!

Retira de tu vida malos rollos, libérate de tensiones, amortiza las clases de yoga dinámico y suspéndete en el aire como hoja que se desprende de un árbol caduco allá por el mes de octubre. Todos juntos pero no revueltos. Y si te atascas, recuerda que en alguna parte de tu cuerpo hay un botoncito mágico que se puede presionar para cambiar el chip. Sólo tienes que encontrarlo.

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